El Mito del Orgasmo Vaginal

Quizá lo tuyo sea más el sexo oral o las caricias para escalar hasta el climax con mayor efectividad y eso no tiene nada de malo salvo por el hecho de que, en ocasiones, nos preguntamos por qué motivo siempre es tan importante el coito.

Lo cierto es que nacemos en un mundo con conductas preestablecidas y muchas veces tardamos en comprender por qué deseamos lo que deseamos. Los cientos de películas románticas que hemos visto desde peques, la pornografía que nos cruzamos, por primera vez, en la adolescencia y tantas otras narrativas culturales en torno al amor, el sexo y el romance nos han enseñado que, en el encuentro heterosexual, siempre ocurre la penetración y que el orgasmo vaginal parece de lo más normal y aplica a todas las mujeres. Sin embargo, la sexualidad integra numerosas formas de lograr placer y cada persona es diferente.

Por suerte, hubo mujeres empoderadas, pertenecientes a la segunda ola de feminismo, que se ocuparon de atender estos asuntos e investigar las razones biológicas, psicológicas e históricas que perpetraron la falta de orgasmo femenino en el sexo tradicional. Anne Koedt, una de sus referentes, escribió un texto en 1968, de basamento científico, llamado ‘El mito del orgasmo vaginal’, que se distribuyó de forma panfletaria y aún hoy se encuentra en internet.

La escritora estadounidense enumera los diversos motivos que han llevado a la falsa idea de que existe un orgasmo vaginal al que debemos aspirar. El orgasmo, en realidad, es siempre clitoridiano porque éste es el único órgano con la capacidad de producir placer sexual. Visita y descubre todos los artículos de nuestro SexShop.

El clítoris posee un glande (igual que el pene) en su forma externa, pero por dentro del cuerpo es mucho más grande. Siempre que ocurre un orgasmo en el coito es gracias al clítoris. Ya sea porque fue friccionado por dentro de la vagina (en este caso el porcentaje es aún menor) o debido a que fue estimulado por fuera con la mano o contra el bajo vientre.

Según Anne Koedt, arrastramos suposiciones erróneas sobre nuestro placer debido al desinterés histórico sobre la anatomía de la mujer y también a razón de las hipótesis científicas que Freud acuñó sobre la frigidez femenina, subyacentes desde el siglo XIX.

El fundador del psicoanálisis consideró que el orgasmo clitoridiano era propio de la infancia y que, en la adultez, la mujer debía transferir el centro del placer a la vagina. Luego de establecer esta ley sobre el cuerpo de las mujeres, encontró evidencia que confirmaba una gran cantidad de anorgasmia. ¿Casualidad o elemento que no cuestionó y usó para avalar tu hipótesis? En la narrativa sostenida por aquel mundo psicológico hegemónico, la mujer incapaz de llegar al clímax mediante la penetración no podía adaptarse a su rol natural, lo cual se consideró como una postura anti masculina de la mujer por su supuesta envidia al pene.

La anatomía del placer femenino se definió en base a lo que complace a los hombres: la fricción del pene con la vagina. Cuando la vagina, en realidad, es un área insensible que tolera una Papanicolaou sin anestesia o un tampón sin molestias. En palabras de Ann Koedt: “Debemos descartar los conceptos normales de sexo y crear nuevas pautas que tomen en cuenta el goce sexual mutuo.” Lubricantes a base de agua recomendados por la mayoría de médicos y profesionales de la salud.

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