Mitos sobre Relaciones Sexuales y Bdsm

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El BDSM, son un conjunto de letras que combinan y derivan de las palabras: Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo, aunque comúnmente todas y todos lo conocemos concretamente por el término “Sado”. Hay mucha gente que siente curiosidad por esto, pero también planean sobre esta práctica muchos tabúes o mitos, incluso asociaciones como: el sado es dolor, el sado es pegar, el sado es cuero…

Pues no, en el BDSM no todo el blanco o negro, dentro de esta práctica hay distintas intensidades y cada cual pone su límite, además de consensuar todo previamente con la persona que lo vaya a practicar. Nunca, nunca, nunca, se debe hacer algo que no se quiere, y menos si tratamos de relaciones sexuales porque en ellas esperamos encontrar placer, pasión… Entra y descubre todos los productos de nuestra tienda erótica online.

Para empezar, vamos a explicar cada palabra que conforman las letras BDSM. El término Bondage tiene origen francés, y significa esclavitud o cautiverio, pero en el plano sexual se basa en una práctica de la inmovilización del cuerpo, bien sea desde usar una corbata para atar las muñecas, como cuerdas, bridas, esposas…

Por otro lado, la Disciplina se crea a partir de un conjunto de normas y hábitos que se enseñan al sumiso durante, entre comillas, su adiestramiento, y esta disciplina puede implicar castigos por parte de la persona dominante para corregir la conducta.

La Dominación se refiere al rol de tomar el control, y la dominación siempre va de la mano con la sumisión, porque para que exista el rol dominante debe existir el rol sumiso.

Siguiendo con la explicación, el Sadismo es un término que creó Donatien Alphonse François de Sade, más comúnmente conocido como el Marqués de Sade, que fue un novelista y pasó gran parte de su vida en prisión por abusar y torturar doncellas. Este término, el Sadismo, consiste en sentir placer y satisfacción sexual cuando infliges dolor físico o psicológico a otra persona.

Y, finalmente, el Masoquismo es una conducta sexual en la cual se obtiene excitación mediante el propio dolor físico o psicológico, la humillación, la dominación y el sometimiento.

Bien, gracias a las novelas eróticas que tratan el tema, el BDSM es más reconocido a nivel social, y esto implica personas que sienten curiosidad por él y que quieren iniciarse en la práctica del mismo y personas que lo ven como una aberración, por eso quiero lanzar unas breves preguntas:

¿Alguna vez has jugado con esposas y, quizá también, con antifaz? ¿Has dado/recibido algún azote? ¿Y mordisco? ¿Has impedido que la persona con la que estabas en la cama besándote, acariciándote… se moviera? Si tu respuesta es SÍ en una o varias preguntas de estas, o de este estilo, es hora que te des cuenta que es esos momentos tú has estado jugando dentro de los llamados roles básicos de sumisión y dominación, y, por ende, has practicado uno de los niveles del BDSM…

Como decía al principio, existen muchas creencias erróneas, mitos y tabúes sobre esta práctica, porque mucha gente cree que el BDSM consiste en el maltrato físico, en el dolor, en tortura… y eso dista mucho de la realidad, porque todo lo que pasa dentro de la práctica del BDSM es mutuamente consensuado entre aquellas personas que van a llevarlo a cabo, y todo se delimita mediante contratos pactados y palabras de seguridad para detener la sesión si es necesario, porque los límites están marcados desde antes de empezar la práctica.

Entonces, ¿el BDSM lo practica gente perversa? La respuesta es NO. Las personas a las que les gusta practicar el BDSM no tienen ningún trauma ni ninguna enfermedad mental como se suele pensar, cada cual tiene su forma de disfrutar y de sentir placer. ¿Es una practica abusiva?

La respuesta también es NO. Como he dicho, todo lo que va a suceder durante la sesión se acuerda previamente para evitar situaciones incómodas. ¿Es una práctica que se extrapola hacia cualquier faceta del día a día en la vida? Por supuesto que NO.

La práctica de cualquiera de sus disciplinas se lleva a cabo durante lo que dura cada sesión, no se establece nada más fuera de ese tiempo de no ser que se haya consensuado, por ejemplo, un rol de dominación/sumisión fuera de la sesión como parte de juego.

Para terminar, cabe decir que todo lo que necesitas para iniciarte en el BDSM, además de muchísima responsabilidad, requiere de otras cualidades como la imaginación y la creatividad para mantener el rol o papel que desees durante la práctica; Tener una mente abierta, por supuesto; La confianza es otro punto muy importante; Las ganas, y, claro está, equiparse bien.

Hay muchos juguetes y objetos aptos para el BDSM, tales como productos Fetish, por ejemplo algún dispositivo de succión; agarres y ataduras, como por ejemplo tela de satén que alcance para atar; azotadores y fustas; algún kit de BDSM y Bondage, incluso algunos otros artículos como los columpios sexuales.

Desde Pink Cabaret consideramos que la mejor forma de iniciarse en el BDSM es el Bondage, que, si os parece bien, ahondaremos más en otro post. Encuentra aquí diversas mordaza bondage para diferentes gustos.

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