Cómo Recrear el Placer con Vaginismo

vaginismo

El vaginismo va más allá de las relaciones sexuales, afectando el día a día de las personas que lo padecen. Por eso es tan importante darle la importancia que se merece y acompañarlo de apoyo psicológico y emocional en los casos en los que es necesario, además de la parte física y de cuidados que requiere.

¿Qué es el vaginismo?

Técnicamente, el vaginismo es una contracción involuntaria que realiza el músculo de la vagina, (conocido como pubococcígeo) y que impide que entre en ella cualquier cosa: desde un dedo, un tampón… hasta un pene. Esta contracción puede ser desde ligera, produciendo rigidez y malestar, hasta intensa, impidiendo la penetración. Descubre aquí todos los productos de nuestro sex shop online.

En algunos casos, hay personas a las que solo la idea de la penetración vaginal puede producirles un espasmo muscular.

No solo supone un problema real a la hora de mantener relaciones, sino que hace difícil pasar por un control ginecológico o incluso utilizar tampones o la copa menstrual durante la menstruación.

No toda experiencia dolorosa es vaginismo. Puede que produzca dolor o en ocasiones lo que se cree es una sensación de “barrera” debido a los espasmos involuntarios de la musculatura, dando la sensación de que la vagina fuese hermética.

En la mayoría de los casos, esta condición es psicológica con un componente fisiológico, y muchas personas con vulva lo padecen o padecerán alguna vez en su vida.

El vaginismo además genera en las personas que lo padecen mucha ansiedad, frustración, depresión, y más auto rechazo del que pueden sentir.

Grados de vaginismo

El vaginismo puede diferenciarse en distintos grados dependiendo de cómo se haya desarrollado. Así podemos distinguir entre un vaginismo primario, y secundario.

Vaginismo primario: El vaginismo primario se da cuando la persona nunca ha sido capaz de tener cualquier tipo de penetración. Este tipo de vaginismo suele descubrirse durante la adolescencia, cuando se usan los primeros tampones o se realizan las primeras revisiones ginecológicas.

Vaginismo secundario: En este caso se da cuando la persona ha sido capaz de lograr la penetración vaginal previamente con normalidad, pero de pronto no lo consigue. En estos casos, suele haber una causa orgánica que ocasiona dolor durante el coito y después produce un condicionamiento psicológico por miedo a que vuelva a suceder. Esto se conoce como temor anticipatorio.

Posibles causas del vaginismo

Casi el 90% de los casos de vaginismo tienen un origen psicológico. Hemos elaborado esta lista en la que puedes encontrar las principales causas para que el cuerpo reaccione así:

· La presión social por el miedo a la primera vez.

· El miedo a “no hacerlo bien”.

· Sentir culpa por restricciones ideológicas o religiosas.

· La vergüenza y la baja autoestima.

· Miedo a embarazos no deseados.

· Problemas en la pareja.

· Episodios traumáticos anteriores.

Cada persona puede responder de una forma distinta a estos episodios y es posible tener vaginismo, aunque no sientas ansiedad o culpabilidad, o no hayas pasado por experiencias traumáticas pasadas.

Hay personas que viven con esta condición durante años y no la descubren hasta que intentan introducir algo en su vagina. Por eso son tan importantes los exámenes ginecológicos durante la adolescencia.

En el caso de que la causa sea física, se puede trabajar en ella con ejercicios musculares como los ejercicios de Kegel, de los que te hablaremos a continuación.

Tratamientos del vaginismo

Sí, tenemos buenas noticias: el vaginismo se puede tratar. Quizá ahora te parece algo difícil o algo que te ocurrirá siempre, pero tiene remedio. Al tener un componente psicológico tan grande este remedio va a comenzar por lo más importante: conocerte a ti mismx en profundidad.

· Autoconocimiento y erotismo: Todo empieza en ti. Tu vulva es la protagonista y vamos a conocerla más a fondo. ¿La has observado alguna vez a través de un espejo? Es un muy buen ejercicio para realizar. Puedes añadir un poco de lubricante en tu dedo meñique y empezar a acariciar tu vulva, los labios, el clítoris… muy poco a poco y sin ninguna prisa.

· Dilatadores: Un uso regular de dilatadores te ayudará a ejercitar los músculos de la vagina. Su modo de uso debe realizarse en condiciones de completa relajación y acompañado siempre de lubricante. Se empieza por el tamaño más pequeño para ir incrementando poco a poco el grosor y la profundidad hacia tamaños más grandes.

De esta forma puedes controlar las contracciones del suelo pélvico y poco a poco lograr que la penetración sea más placentera.

· Ejercicios de Kegel: Los ejercicios Kegel pueden ser muy beneficios a la hora de mejorar el vaginismo. Las diferentes técnicas de contracción y de relajación cuando realizamos estos ejercicios son una buena forma de entrenar la musculatura y ser conscientes de los movimientos que puede realizar.

· Terapia educativa: El vaginismo tiene un alto componente psicológico, por lo que acudir a psicólogos, sexólogos o fisiosexólogos especializados ayudará a ponerle solución. Cada persona es única y su condición con respecto al vaginismo también, por lo que te recomendamos realizarte una valoración profesional si crees que puede ayudarte.

Empezar por una terapia educativa para dar a conocer el funcionamiento de la sexualidad y desmontar prejuicios e ideas que no son ciertas suele ser la estrategia a seguir.

Cómo repensar el placer

Quizá te estés preguntando: ¿se puede tener sexo con vaginismo? ¡Claro que sí! Como te hemos contado muchas veces, el sexo es mucho más que coito. Para muestra, te damos algunas pautas para disfrutar del placer de una manera distinta.

· Masaje erótico: Un masaje erótico puede ser muy sensual y es ideal para aumentar la temperatura en pareja. Con las técnicas de masaje adecuadas, se masajea el cuerpo de la persona prestando atención a sus zonas erógenas para aumentar el placer y la excitación. Suena bien, ¿verdad? El masaje erótico puede ser usado como juego previo, como parte del sexo o como acto sexual en sí.

· Petting: El petting es una práctica sexual que te hará volver a las caricias más básicas y redescubrir así tu propio placer. Consiste en obtener placer a través de las caricias, roces, besos… con o sin ropa, por todo el cuerpo y sin que haya penetración. El término viene del verbo “to pet”, que en inglés significa acariciar, tocar… pero a nosotros nos gusta más traducirlo como “magreo” aunque el término sea mucho más amplio. Muchas personas creen que el petting es uno más de los mal llamados preliminares al coito, pero ¡nada más lejos de la realidad!

· Sexo oral: El sexo oral en vulvas, más conocido como cunnilingus, no es una técnica nueva, sino que se remonta a siglos atrás en la historia. El cunnilingus es una de las prácticas sexuales que, bien realizada, más placer puede ofrecer. Podemos estar ante el santo grial de los juegos eróticos, sí, pero también se puede entender como una relación sexual completa en la que recrearse e investigar, sin que tenga que ir seguida de la penetración.

· Juguetes para la estimulación externa

1. Dedales vibradores: son una muy buena opción para empezar porque son una extensión de la estimulación manual, sencillos, y con múltiples posibilidades de usos, ya que si te apetece también pueden servirte para la estimulación anal, junto con un buen lubricante son, digamos. el primer paso si quieres empezar a explorarte poco a poco sintiendo algo diferente.

2. Balas vibradoras y masajeadores: son juguetes muy versátiles. Puedes usarlos para estimular cualquier parte del cuerpo, no únicamente los genitales, y es muy placentero. Puedes empezar a usarlo por encima de la ropa interior e ir sintiendo y escuchando tu cuerpo. También puedes utilizarlos en pareja, para complementar posturas, complementar otras estimulaciones diferentes tanto en pareja como en solitario.

3. Succionadores: son los juguetes por excelencia, quizá porque con ellos empezó la revolución sexual y del placer. Este tipo de juguetes estimulan el clítoris de forma indirecta con ondas que funcionan similares a la succión, sin necesidad de que haya contacto. Es un tipo de estimulación muy placentera y totalmente diferente a cualquier otra cosa que hayas podido experimentar hasta ahora.

4. Geles de placer: Los geles de placer pueden ser grandes aliados a la hora que de las relaciones sean aún más excitantes. Además de los lubricantes, existen geles con otras propiedades que pueden hacer de cada experiencia un momento único. Geles con efecto frío, calor, geles vibradores, geles que aumentan la sensibilidad de las zonas erógenas…

Recuerda pedir ayuda profesional si crees que es necesario para ti y sientes que lo necesitas. El vaginismo es una enfermedad que nos afecta a todos y que muchas personas pueden estar padeciendo en estos momentos, como tú. ¡No estás solo! El vaginismo no es para siempre, aunque pueda parecerte que sí, y con el trabajo adecuado irás viendo los progresos. Mientras tanto, no dejes que el vaginismo defina cuánto puedes disfrutar de tus relaciones sexuales. Complementa tu lencería erótica con una fusta sado aquí.

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