El Beso de Singapur

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Siempre estamos dispuestas y dispuestos a buscar nuevas posturas, técnicas, juguetes, cremas y en general cosmética, entre muchos otros productos, para disfrutar más de las relaciones sexuales, bien sean los encuentros esporádicos o la innovación dentro de la pareja para que esa llamita de la atracción y el apetito sexual no llegue a apagarse. En el post de hoy aprenderéis a sacarle partido a una parte concreta de tu anatomía para conseguir uno o varios orgasmos épicos.

¿Qué es el beso de Singapur?

No, el beso de Singapur no es la forma de saludo de aquel lugar. Esta técnica ancestral consiste en succionar el pene de la persona con la que estás manteniendo relaciones sexuales. Quizá pienses: “Ah, entonces siempre que hago felaciones estoy practicando el beso de Singapur”, pues no. Esta técnica no consiste en una succión con la boca, más bien la succión se hace con la vagina. Visita y descubre todos los artículos de nuestro SexShop.

De todas formas y por más que puedas pensarlo, el beso de Singapur no es una técnica que dará placer solo al pene. Por supuesto la persona que lo recibe notará unas sensaciones placenteras y especiales, pero el placer que sentirá la persona con vulva no se queda atrás: pues gracias al beso de Singapur se activa la zona o punto G, que es la zona más sensible de la vagina, con lo cual gracias a esta técnica las personas con vulva disfrutarán de un orgasmo más intenso.

5 consejos para conseguir el éxito en el beso de Singapur

Llevar a cabo esta práctica es más sencilla que pronunciar o recordar su nombre. Lo principal que debes conseguir es tener un suelo pélvico entrenado, lo cual es muy fácil porque se consigue haciendo los ejercicios Kegel que, si no sabes qué son, consisten en ejercicios que contraen la musculatura vaginal para fortalecerla.

  1. Identifica los músculos de tu vagina
  2. Succionar el pene. Técnica en tres pasos
  3. Apretar las tres zonas del pene. Punta, media y fondo
  4. Repite y descubre. Crea combinaciones
  5. El broche de oro. Utiliza todos los músculos de tu vagina.

1. Identifica los músculos de tu vagina

Es muy importante poder identificar los músculos que debes contraer, por ello cuando vayas a hacer pis corta el chorrito, vuelve a soltarlo, vuelve a cortarlo… Aquí te darás cuenta que los músculos que usas para detener el pis son aquellos que debes contraer para ejercitar la musculatura. Eso sí, solo hazlo por esta vez para identificar la musculatura.

2. Succionar el pene. Técnica en tres pasos

Cuando ya hayamos conseguido el primer paso y ya conozcamos la musculatura encargada, será el turno de succionar el pene de la persona con la que mantengamos relaciones sexuales. Cuando el ambiente ya esté cargadito y a tono, ponte encima de la persona con pene e introdúcelo en tu interior para de este modo succionarlo con la vagina y “apretarlo” durante unos 2-3 segundos, luego relaja y suelta.

3. Apretar las tres zonas del pene. Punta, media y fondo

No, por más que lo parezca no son pasos de baile. Esto, más bien, es la técnica del beso de Singapur: punta, media y fondo, y consiste en apretar/succionar las tres zonas principales del pene. Empezarás solo succionando el glande durante unos 2-3 segundos, tras relajar bajarás hasta el centro del tronco y repetirás la succión para finalmente llegar hasta el fondo del asunto y repetir nuevamente la técnica.

4. Repite y descubre. Crea combinaciones.

Como ya conoces la técnica, es hora de volver a repetirlo todo. Con los pasos que has aprendido en el tip 3 puedes crear todas las combinaciones que tu imaginación alcance: punta, media y fondo; fondo, punta, media; media, punta, fondo; aguantar más tiempo de succión… hay tantas combinaciones como te/os apetezca probar.

5. El broche de oro. Utilizar todos los músculos de tu vagina.

Y es que esta técnica aún se puede elevar a otro nivel, por eso vamos a desvelar cómo hacerlo. Con este consejo vas a aprender a utilizar absolutamente todos los músculos del suelo pélvico en profundidad.

Casi todas las personas con vagina tienen la mayor parte de fuerza en el primer tercio de esta, que es donde podemos identificar esa “succión o apretón”, pero por suerte se puede aprender a hacer la misma función con el medio y el final de la vagina para que ocurra un masaje mucho intenso y, por ende, más placer. ¿Cómo? Ayudándonos con el abdomen.

Cuando estés encima de la persona con la que estés manteniendo relaciones sexuales, con el miembro completamente en tu interior, contrae el primer tercio de tu vagina. Sin soltarlo, aprieta un poco más y haz lo siguiente: aprieta el abdomen, echa hacia atrás la cadera y arquea la espalda también hacia atrás, y saca el pecho.

Automáticamente, al contraer el abdomen bajo contribuirás a que el segundo tercio de tu vagina tenga la misma función que el primer tercio. Probablemente este ejercicio te llevará algo más de tiempo para dominarlo, pero… ¿qué mejor manera que aprender que practicando y practicando y más cuando de sexo se trata? Mira aquí nuestras esposas sexuales para jugar con tu pareja.

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